viernes, 26 de noviembre de 2010

Los edificios bizantinos y la cúpula: Santa Sofía.

En los últimos siglos del imperio romano se tiende a la fragmentación, cada vez se diferencian más la parte oriental y la parte occidental del imperio.
En 324 Constantino refunda la vieja ciudad griega de Bizancio, rebautizándola como Constantinopla, que se conocía a sí misma como la “nueva Roma”. El imperio bizantino tuvo su época de máximo esplendor y de mayor grandeza durante el reinado de Justiniano. Se da un nuevo arte cortesano, brillante y rígidamente ceremonial: arte trascendente y lleno de simbolismo. Busca la unión de la idea de Dios con la del emperador. La cúpula tiene gran importancia como símbolo del cielo y de una arquitectura que materializa la unión entre Dios y los hombres. Su influencia permanece mucho tiempo en el arte de Venecia, Rusia y el área eslava.
Santa Sofía se realiza entre el 532 y el 537 por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, querían crear un espacio que pareciera sostenido casi por milagro. Todo el espacio está pensado para sostener la gran cúpula, heredera de la del panteón de Roma y símbolo del cielo. Su peso se sostiene mediante un sistema de pechinas (triángulos de lados curvos) sobre 4 grandes pilares. Metáfora de un mundo perfectamente ordenado bajo el poder divino.


Elementos característicos de la arquitectura bizantina son el capitel doble (con cimacio) decorado con vegetación estilizada y la importancia de la decoración de mosaicos y pinturas.

 En Rávena, capital de los territorios italianos conquistados por Bizancio, están los templos de San Apolinar el Nuevo, San Apolinar in classe y San Vital. Las dos primeras basilicales con mosaicos en procesión y el tercero es un templo centralizado de planta octogonal.
En el SVII se da la llamada guerra de las imágenes, en 723 el emperador León III decretó la prohibición de las imágenes religiosas, permitiendo solamente el signo de la cruz. Se hace oficial la iconoclastia (destrucción de imágenes) que consideraban pecado de idolatría su adoración. En 787 el concilio de Nicea establece la doctrina oficial de que la visión de imágenes de Cristo, la virgen y los santos tendría un influjo beneficioso en la religión. En 843 se retiró la prohibición y volvieron las imágenes.
A partir de la segunda mitad del SIX y hasta el año 1000, Bizancio entra en una fase de estabilidad, hay un nuevo auge de las construcciones y surgen tipos como el Pantocrátor (cristo barbado y hierático) o la virgen Theotokos(con el niño en su regazo a modo de trono). También pasan a formato pequeño y portátil en los iconos bizantinos. 

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